Tres menores de edad cometen una imprudencia una noche. Tres familias cuyo destino parecía feliz y queda truncado para siempre por un error de adolescentes. En el primer capítulo ya ocurre lo que cambiará y marcara sus vidas para siempre. Debido a lo rápido que sucede la trama central, mantiene el suspense todo el libro. También nos muestra de fondo otros temas: cómo es vivir con Alzheimer o la vida de un niño con inteligencia especial, que no es aceptado por su padre.
Sentimientos intensos, cambios y errores irreversibles, de personajes con entereza ante la adversidad pero que a la par de nos muestra cómo lo que ocurrió en su adolescencia les marca de por vida en sus relaciones, y en su vida social y laboral. Se dan conductas autodestructivas haciéndonos comprender que el dolor y la culpa han de expresarse y lo que nos guardamos nos pasará factura siempre. Podemos ver soledad y al mismo tiempo cómo está todo interconectado: personas y situaciones. Sobre esto hay unas cuantas reflexiones llevadas de la mano de un niño especial que puede ver ciertas cosas.
La esencia es el dilema moral: esconder un delito y mentir a la policía y las consecuencias emocionales. Cómo un acto inesperado de un par de minutos puede trasformar a dos menores de edad y unos cuantos adultos. Habla de la lucha por recuperar una felicidad perdida para siempre por un error. Nos muestra con dureza un antes y un después con cambios drásticos y duros. Expresa tan bien las emociones y sentimientos de los personajes que puedes sentir en tu piel el dolor. Es una novela conmovedora e inolvidable. Trágica, que hace pensar en cómo un solo acto de un minuto puede cambiar tantas vidas y cómo habría sido la vida de tantas personas si ese error nunca se hubiera cometido. (Noemí Hernández, 30 de marzo de 2023)