Llegué muy motivado a la lectura de "Las leyes de la frontera". Mis dos lecturas anteriores de Cercas han sido increíbles. Leí " Soldados de Salamina" y , la inclasificable, "Anatomía de un instante". Ambos magníficos. Libros de los que no se olvidan. La que nos ocupa está muy bien construida y con un sólido armazón donde encaja una estructura perfectamente elaborada. La frontera de la que se habla no es geopolítica sino inmaterial. Es la frontera de los mundos coexistentes en una gran ciudad. Mundos encontrados que colisionan entre sí. Él de la pobreza, la miseria, la droga, la delincuencia y él de la vida ordenada de la clase media. Una frontera inmaterial que, a veces, separa dos distantes mundos en una calle. Ignacio Cañas cruza ese tabique fino e ilusorio que le abre el camino a una pendiente de degradación. Su mundo del otro lado está zozobrando, se está desmoronando y le es muy fácil caer por la pendiente e inclinada hacia la degradación. Comienza una relación de ¿amistad? con Zarco y Tere, dos delincuentes juveniles y pandilleros y comienza un viaje a la delincuencia, desde mi punto de vista, excesivamente detallado y explicado. Esa parte llegó a cansarme.. Después Ignacio tiene una segunda oportunidad, un billete de vuelta al otro mundo y desde ahí la novela se vuelve fascinante. Cruza la frontera pero va a seguir interactuando con los habitantes del otro lado por circunstancias que no revelo. Se habla de muchos temas. De corrupción policial, de falsedades, de lo que creemos y no es, de la manipulación de los medios de comunicación de la realidad a su antojo, y de como encumbrar a juguetes rotos a su conveniencia, usandolos y manipulándolos y creando la noticia, con mucho fuego de artificio aunque no exista. Como ocurre actualmente en la telebasura que tanto abunda. Un muy buen libro, muy bien contado. El 8 de octubre de 2021 se estrena su adaptación al cine. A ver como lo adaptan...
hace 1 año