Los veranos de un adolescente no son siempre como en las series de la tele. A Rafael, desde luego, el verano del 721e empujó a madurar precipitadamente. Y es que, además de disfrutar de sus juegos, de atisbar el amor y sen tir la picazón del deseo, Rafa se enfrentó por vez prime ra al abismo de la injusticia, la guerra y la muerte tras conocer al misterioso anciano que llegó a Valderde... Rufo, siempre acompañado del fiel Sultán, se instala en el pueblo al principio del verano. Aunque los mayores desconfían de él (es introvertido, no va a misa...), para los chicos ejerce una intensa fascinación, que acaba con virtiéndose en una amistad entrañable gracias a las his torias que el viejo les cuenta.