Firmada en 1929. Unos años antes un amigo vizcaíno de Baroja le prestó el manuscrito del diario de un capitán del siglo XIX que se apellidaba Abaroa. Hombre que se había visto envuelto en mil aventuras peligrosas, que en casi todas había salido malparado y que a pesar de todo volvía a reincidir en l...