Iría más allá del infierno, hasta la última frontera para conservarla. Había muy pocas cosas que le importaran a John; su hermano y sus compañeros de armas encabezaban la lista. O lo hicieron hasta el día en que una suave y melódica voz penetró en su alma y despertó algo un anhelo largamente dormido. Durante meses sintió su presencia, su alma se dolió por la tristeza y soledad que escuchaba en su voz hasta el punto de jurarse a sí mismo y a ella, que haría lo que fuese por borrarla… Aunque al hacerlo iniciara el mismísimo Apocalipsis. Su deseo de libertad traía consigo la más terrible de las condenas. Atryah nunca había existido realmente hasta que lo encontró. Su tabla de salvación en medio de un mar de soledad, el Antiguo Guardián despertó su alma de un modo en que jamás debería haber sido consciente. La eternidad empezaba a hacerse pesada y su necesidad de conocer aquello que solo había visto a través de las almas que atravesaban su umbral la llevó a desear más… A anhelarlo a él. De sus decisiones, nacerá su destino. Con el equilibrio del universo a punto de romperse y el mundo de las almas seriamente amenazado, John deberá elegir entre la mujer a la que ha esperado toda su vida y el destino que lo llevó a formar parte de los Guardianes Universales. Una elección que los conducirá a todos más allá de la Última de las Fronteras.