Judea, bajo el mandato del emperador Tiberio y el procónsul Poncio Pilatos. La narradora de esta historia es Juana, pirma de María. Juana, casada con Cuza, administrador de Herodes Antipa, padece desde hace años una grave tuberculosis y al oír hablar de las sanaciones de Jesucristo, decide ir a ver a María para pedirle que su hijo la cure. Dejándoese llevar por el tumulto de una revuelta, Juana entre en el templo y tras su primer contacto con Jesucristo se despertará en ella una atracción sincera y absoluta que demostrará también hacia la figura de María. Esta admiración la llevará a acompañarles durante el último año de vida de Jesucristo, verá como sus seguidores se multiplican y vivirá junto a María la detención, el falso juicio y la crucifixión de Jesús. Después de su sepultura, Juana consagrará su vida a cuidar de María.