La vida de Kees Popinga, que siempre ha sido un modelo intachable de corrección, cambia completamente cuando se entera de que la empresa en la que trabaja como encargado va a quebrar y su jefe va a desaparecer. Su propio comportamiento se transforma de la noche al día, se marcha de Groninga, la ciudad en la que vive en Holanda; después de un accidentado paso por Amsterdam huye a París, donde transcurre el resto de la novela. Allí, Kees, metódico, muy inteligente y con mucha sangre fría, convertirá cada uno de sus movimientos en un “tira y afloja” con el comisario Lucas, el policía que lleva su caso. Me ha resultado una lectura entretenida, aunque menos de lo que esperaba. La novela se centra principalmente en los pensamientos de Kees, en su visión sobre los hechos que van sucediendo, que difiere de cómo los muestra la prensa; un conjunto que lentamente va haciendo dudar al lector de la cordura del protagonista. Es más un caso psicológico que policiaco. El final me ha gustado mucho.
hace 11 años