Difícil de leer por su estilo, o más bien de lectura lenta y reposada, a pesar de ello es muy recomendable por su divertido protagonista, que aparece en todas y cada una de las páginas de la novela. Extravagante, ridículo y entrañable, parece la versión amable del Ignatius de "La conjura de los necios", y es fácil ver en él numerosas referencias autobiográficas del autor en él, un intelectual ruso obligado por las circunstancias a vivir y trabajar en el ambiente de las elitistas universidades americanas.
hace 12 años