Viejo, muy viejo, es el barón Lamberto. Y rico, muy rico, ¡riquísimo! Y está enfermo. Tiene exactamente veinticuatro enfermedades, y sólo Anselmo, el mayordomo, se las sabe de memoria. Hasta aquí, todo normal, o casi normal. Pero un día, el barón Lamberto contrata a seis personas para que reciten su...