Nueva Orleans era una canción que sucumbió bajo las olas. La catástrofe era tan inmensa, tan omnipresente, que costaba creer que toda aquella destrucción hubiese sobrevenido en sólo veinticuatro horas. Pero el Katrina no fue lo peor. Una mezcla de hombres de negocios, mafiosos y psicópatas, todos ju...