Para él, nada podía interponerse en el camino a la victoria. Hasta que Kaia, una encantadora Arpía, lo tentó y lo condujo al límite de la rendición. Entre su gente, Kaia tenía el apodo de «La Decepción» y debía ganar el oro en los Juegos de las Arpías, o morir. No podía distraerse con Strider, porqu...