Algo que les indigna. Ver el magnífico desierto del Oeste americano desfigurado por las grandes companías industriales. Por eso, estos cuatro rebeldes deciden plantarle cara a la «gran máquina»: un exboína verde veterano de Vietnam, adicto a la cerveza y las armas; un cirujano madurito pero incendiario; su bravucona asistenta exiliada del Bronx y un mormón polígamo y nostálgico que se siente fuera de su comunidad. Armados con una simple llave inglesa —bueno, y algo más—, comienzan a destruir puentes, carreteras, vías férreas, maquinaria que tanto afean su desierto. Estos héroes ecologistas, nada correctos, se lanzarán a la persecución de los supuestos representantes del orden y la moral. Sin duda, toda una larga travesía por el desierto. Abbey cuenta la conjura de cuatro divertidos tipos duros que inventan un nuevo concepto: el pequeño sabotaje cívico. Una denuncia del mundo industrial moderno, un homenaje a la naturaleza y un himno a la desobediencia civil. Este libro es tan subversivo como su propio brío tragicómico.