Cito a Anabel Sáiz Ripoll, doctora en Filología y especialista en LIJ: "El niño perdido es uno de esos libros raros por su belleza y contenido, ya que aúna ambas vertientes. Sus ilustraciones son extrañas, sugerentes, hermosas... permiten evocar y centrar la realidad, a la vez. No en balde, El niño perdido es el actual Premio Internacional de Ilustración de la Fundación SM, 2008. De una manera muy escueta, primando más la ilustración que el texto, aunque sin menospreciarlo, ya que ambas forman un todo, El niño perdido nos ofrece una parábola de la Navidad. En formato de álbum, El niño perdido está escrito en primera persona y nos cuenta el sueño de un niño que soñó que era la noche de Reyes y el niño Jesús no estaba en el pesebre; por eso el niño que sueña salió a buscarlo y lo que vio es estremecedor, aunque el autor los sugiere, lo esboza... El niño Jesús no estaba con los pudientes ni en las mesas repletas, sino con los que sufren, entre la miseria y los charcos... allí lo encontró el narrador y, cuando fue a cogerlo, despertó... y tenía muchos regalos. (...)"
hace 15 años