La eternidad de la promesa del presente, la perdurabilidad del amor o la compañía de la soledad son algunos de los amigos que mejor nos conocen y que siempre están con nosotros, en lo bueno y en lo malo. Y nada hay más fiel que estos amigos, estas voces internas cuyas palabras son capaces de perturbar o calmar a nuestro espíritu como ningún otro. Son las voces de nuestros senitmientos, de nuestro corazón, latiendo y reapareciendo en cualquier momento y lugar. En Voces amigas, de María Soto González, encontramos todos aquellos susurros del alma esenciales a la existencia humana, hablando desde rincones que parecían condenados al olvido. Rincones donde podría parecer que el amor, el odio, la compañía y la soledad toman lugares que no les corresponde, pero que surgen con la fuerza de la verdadera amistad, siempre a nuestro lado, siempre empujando a nuestro espíritu.