La obra de Spinoza no es voluminosa, pero sí profundamente perturbadora. Como dice Deleuze, “un libro explosivo, nunca pierde su carga explosiva”. De ahí que la Etica, que Spinoza empezó a escribir en 1663 y no se publicó hasta después de su muerte en 1677, y el Tratado teológico-político, que publi...