Charlie Rivel pisó la pista de un circo por primera vez a los tres años… Con el tiempo, acabó construyendo un entrañable personaje con nariz de latón, capaz de provocar la risa y también conmover al público desde la soledad de la pista. Obra ganadora del XXVIII Premio Destino – Apel·les Mestres de literatura ilustrada. Lectura recomendada entre 5 y 8 años.