Con el premio de novela “Casino de Mieres” otorgado en 1984 a “La Ternura del Dragón”, Martínez de Pisón inició, con sólo veinticuatro años, una carrera literaria impulsada tras el lanzamiento, después de una primera edición fuera de comercio derivada del premio, de esa novela por parte de Anagrama en 1985.
Un joven recién entrado en la adolescencia llega a casa de sus abuelos paternos para guardar cama debido a una enfermedad de la que se encuentra convaleciente. La descripción de los objetos enigmáticos de la casa y de los rincones desconocidos que observa Miguel al llegar, hace que el autor sepa adentrar al lector en una historia en la que protagonista va a descubrir un mundo, el de la familia de su padre fallecido muchos años atrás, y donde los mayores ocultan historias que el menor va desvelando a lo largo de los capítulos de la obra.
Ambientada a principios de los años setenta, Miguel estrecha lazos con su abuelo, quien traza ante el niño un perfil del padre que no conoció y que dista mucho de la figura que va descubriendo poco a poco. El abuelo, rodeado de intelectuales de izquierdas, mantiene con ellos reuniones en la clandestinidad de su casa ante la admiración del joven, que contempla como su abuela reprueba a su marido en casi todas sus acciones. A medida que avanzan los meses de recuperación de la enfermedad, el joven ve como la imagen idealizada de su abuelo se desvanece al abandonar a su abuela, quien pasa de ser la represora a ser la víctima en una familia en que la que cada uno es el resultado de unas circunstancias que le han marcado. Así, Miguel abandona la casa de sus abuelos tiempo después, una vez superada la enfermedad, y aprendiendo que ni los buenos son buenos sin más, y que los malos no lo son tanto porque arrastran un pasado detrás que explica su carácter.
Una vez más, Martínez de Pisón vuelve a indagar en historias de familias, de secretos arrastrados a lo largo de generaciones, de la visión del mundo desde los ojos de niños que, conforme avanza la historia, van viendo como cae de ellos la venda que les ha impedido apreciar con claridad quiénes eran los mayores a los que tanto idealizaban.
Si algo cabe destacarse de Ignacio Martínez de Pisón (glosado de forma reiterada en este blog como uno de los escritores de España, sino el mejor, a juicio del autor de estas líneas) es que goza de una de las cualidades que sólo los mejores literatos tienen: el sello propio en sus temáticas y en sus obsesiones, en los fantasmas personales que refleja en sus libros y en la ventaja que da al lector el saber de antemano los elementos sobre los que pivota su ficción.
Enlace al conjunto de reseñas publicadas aquí sobre Ignacio Martínez de Pisón: https://antoniocanogomez.wordpress.com/tag/martinez-de-pison/
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hace 2 años
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