Casi 200 años han pasado ya desde que se publicó por primera vez este clásico de lanza, capa y espada. Walter Scott pasa por ser uno de los pioneros o padres de lo que podríamos llamar la actual novela histórica o medieval. Sus narraciones y relatos tienen el sello mágico de la épica, la leyenda, la aventura y el entretenimiento. "Ivanhoe" es un cuadro suculento de intrigas, litigios, refriegas y discordias civiles, en el que los normandos, sajones, templarios y proscritos, toman un importante partido. Detalla una época salvaje en la que sólo impera la necedad, la crueldad y un ilógico fanatismo. En esta obra queda bien patente que ya desde los albores de los primeros tiempos, reinaba entre la mayoría de los hombres un profundo y oscuro antisemitismo. El libro tiene los defectos propios de su momento: Una cursi y amanerada forma de narrar el romanticismo, y la resurrección insólita de uno de los personajes secundarios, le quita bastante fuerza y temperamento. Sin embargo, tiene el don de entretenernos, y el de recuperar ciertas figuras emblemáticas de la cultura popular anglosajona: Ricardo Corazón de León, Robin Hood, el fraile Tuck, Juan Sin Tierra... A mí no me cabe duda que autores tan flamantes como Kent Follet, Patrick Rothfuss o George R. R. Martin, han debido de empaparse de muchas de sus licencias, detalles y argumentos.
hace 9 años