Malo hasta las trancas.
Los últimos trabajos de Cela fueron un horror sin paliativos.
Todo lo que escribió, a partir del Nobel, no valió ni un pimiento.
Lo único que hizo fue emborronar páginas y enfangar lo poco interesante que quedaba de su obra.
Más vale una retirada a tiempo que arrastrarse patéticamente por los escenarios.
8
-1