La autora nos presenta a una familia inglesa desestructurada que perdió a uno de sus miembros de manera trágica cinco años antes, lo que condicionó su futuro de un modo dramático. Narrado en primera persona por Jamie, el hijo menor, leemos sobre su nueva vida cuando se marchan de Londres al norte de Inglaterra, el día a día en el colegio y en el hogar, y sobre todo sobre ese terrible suceso que algunos de ellos no logran superar. El punto de vista inocente de un niño de 10 años un poco torpe en sus relaciones, permite a la autora mostrar temas difíciles, como el abandono familiar, el racismo o el acoso escolar, de un modo cercano.
Una historia dura y tierna a la vez, en la que me quedo con el tremendo cariño que se tienen Jamie y su hermana Jasmine y el espíritu de lucha que ambos muestran. No obstante creo que mis expectativas eran demasiado altas y su lectura me ha decepcionado un poco. De hecho ésta era la segunda vez que intentaba leer el libro, la primera, hace unos años, lo dejé a medias, y en esta ocasión he tenido que hacer un esfuerzo para terminarlo. Una historia realista, sencilla y fácil de leer, pero el personaje del niño no me ha convencido, a pesar de la evolución que sufre hacia el final, quizá por eso no he conectado del todo con la trama.
hace 9 años
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