Le tenía ganas a este libro desde hace tiempo,y una vez terminado,no sabría decir si me ha gustado o no...así en caliente me inclino más por el no,pero igual es de esos libros que hay que dejar reposar un poco...no obstante, a pesar de que no me haya dejado una buena sensación,han habido cosas que me han gustado bastante...el libro gira en torno a la literatura,con constantes referencias a obras muy conocidas,cosa que siempre agradece un amante de la lectura,de hecho me ha parecido un gran alegato hacia la cultura,encarnada en este caso en los libros,como arma peligrosa en tanto que nos permite abrir la mente y pensar con libertad,cosa tremendamente arriesgada en ese mundo distópico (parece que está de moda la dichosa palabrita) que pinta el autor, en el que la felicidad viene dada a través de conversaciones con las pantallas de televisión o locuras como conducir un coche a 150 km/h o atropellar peatones... el planteamiento de esa sociedad en la que los bomberos son los encargados de salvaguardar el orden social quemando los libros,y el hecho de que sea precisamente uno de ellos el que rompa con toda esa farsa y se cuestione su existencia hasta el punto de llegar a cometer una serie de locuras ( o quizás sean corduras...) que ponen su vida al límite, y que los libros y lo que estos le producen al leerlos sean lo que le lleve a ese punto, la verdad es que mola mucho!Y hasta aquí todo muy bonito,pero por lo que sea, el libro no termina de enganchar...de hecho, me dormí varias veces al leerlo,no sé si es la forma en la que está escrito,los diálogos o que,pero no he conseguido leer más de 30 páginas sin que me entre un sueño mortal.Lástima.Le doy un 5 pelao
hace 9 años
4
-1