La novela tiene muchos elementos positivos: es entretenida, original e inteligente, con la aportación de mucho conocimiento del autor, que logra no ser demasiado cargante, en buena parte, gracias a las notas de humor. La narración es muy visual y peliculera (hubiera ayudado algún esquema de cómo son físicamente los vehículos), por lo que seguro que se adapta bien a la gran pantalla. En cuanto a la verosimilitud, el gran común de los mortales, sin las suficientes nociones de física y química, tenemos que aceptar las explicaciones del astronauta. Sin embargo, hay 'errores' de brocha gorda, por ejemplo, la tormenta inicial en marte no es posible, luego, el planeta no es uniformemente frío, sino que tiene una amplitud térmica de 100 grados entre el día y la noche, lo que hubiera dificultado mucho las expediciones marcianas, y la maniobra final ya ni te cuento... A partir de estas 'licencias', cabe la sospecha de que el rigor científico sea regularcillo, lo cual no sería un problema si el autor no hiciera tanto hincapié en el detalle de unas explicaciones técnicas que el lector tampoco precisa. En resumen, el libro funciona bien como una fantasía ciencia ficción, que ya es mucho.
hace 2 semanas