¿Qué pasaría si tu mayor sueño se convirtiera en una pesadilla burocrática de casi 20.000 kilómetros? ¿Y si, en medio del caos, encontrases también la ternura, el amor y el sentido más profundo de la familia? Así arranca TukTuk to Spain, una historia tan delirante como realista, tan emotiva como divertida, que te llevará directo al corazón de India… y de sus protagonistas.
Cuando Fran y Caye ya han pasado en España por un sinfín de sufrimientos burocráticos que les exigen infinidad de papeleos para aportar escasas soluciones, se encuentran, casi sin esperarlo ya, con la posibilidad de adoptar a tres hermanas de 7, 5 y 2 años de un orfanato en Adilabad, en India; de modo que se ponen en marcha y se lanzan a una aventura que les deparará lo mejor pero también lo peor.
Una vez en India, en un viaje que a priori tienen perfectamente organizado, pormenorizado cada paso que es necesario dar, se encontrarán con multitud de problemas burocráticos, idiomáticos, económicos y sociales que parecen querer dar al traste con todas sus previsiones temporales, emocionales y financieras. Tal y como avanza la sinopsis, enfrentarán una odisea de contratiempos y tensiones.
Narrado en primera persona, a modo de diario de los días que pasan en India, Fran nos detalla, en un texto plagado de humor, ironía y sentimientos, para contrarrestar todo el drama de las dificultades que parecen surgir en cada esquina, todo el desarrollo organizativo de la adopción y también el proceso emocional por el que pasan él y Cayetana. Y es que nada parece salir como estaba previsto. Los tiempos en los organismos indios parecen ser elásticos, los funcionarios no comprenden sus problemas, o directamente los ignoran, todos parecen pensar que si eres blanco y vas a la India a adoptar es porque tienes dinero a espuertas, nadie parece respetar los límites en ningún aspecto, desde los que obvian sus opiniones a los que directamente deciden por ellos…
En estas circunstancias, donde todo parece dramático, Fran se las apaña para describirlo con una frescura y un humor que hacen que vuelen las páginas y te veas inmerso en su viaje como un miembro más de la expedición. Esta inmersión en la historia es tan vívida y tan sensorial que llegas a sentir el picante de las comidas, el caos del tráfico, la impaciencia de las esperas, la incomodidad de las estancias… Conocerás, en palabras del propio autor, “la India que no sale en los folletos”.
Más allá de las acciones que narra, la historia, su desarrollo y el modo genial de contarla, el libro nos plantea abiertamente interesantes reflexiones acerca de la paternidad, la responsabilidad, la educación, el proceso emocional por el que pasan los adoptantes y los adoptados (en este caso las niñas ya no son bebés, tienen una personalidad definida, no hablan el idioma de sus padres…). Reflexiona acerca de todas las preguntas que los padres biológicos no se ven obligados a plantearse cuando saben que van a tener un hijo, pero sí los adoptantes, especialmente en este caso, tratándose de niñas algo mayores, preguntas del tipo ¿les caeré bien? ¿me caerán bien?
A veces las reacciones de allegados o conocidos son también una fuente de frustración, desde los que se indignan, pasando por los que se preocupan o molestan porque el color de piel de las niñas vaya a mostrar claramente que no son hijas biológicas… En definitiva, no solo se trata de una novela de aventuras, sino también de una historia humana profundamente reflexiva acerca de la sociedad actual.
Aunque ni en la sinopsis ni en los agradecimientos se especifica claramente que sea un libro de carácter autobiográfico, entiendo que necesariamente ha de serlo, al menos en su mayor parte, ya que el detalle de las localizaciones, los tiempos, los personajes, la gastronomía… o se han obtenido de primerísima mano, o se ha hecho una labor de investigación impresionante. De modo que Gsu Veiga, supongo que alias Fran, ha escrito una novela profunda, conmovedora e impactante, que atrapa desde las primeras páginas, emocionante y divertidísima. (Inma Muñoz, 30 de junio de 2025)
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