SALDANDO DEUDAS.
Esta afirmación que aquí hago es aplicable no sólo a mi, porque al fin saldé el lapsus que suponía no haber leído nada de Paul Auster, sino la del propio protagonista Benjamin Sachs, que lleva encima el peso de una deuda hasta sus últimas consecuencias.
La novela está muy bien, ya que si bien anticipa su final en las primeras páginas, el viaje que nos lleva al mismo es tan apasionante como poco predecible. Su estilo es ingenioso, lleno de múltiples referencias de erudito, y repleto de giros y casualidades, que jalonan un espectáculo narrativo que discurre por el ensayo, el thriller, el amor, las relaciones de pareja el humor o el drama más absoluto, pero todo ello con el común denominador del ingenio, la acidez y el inconformismo.
También es interesante la aparición personal de Auster, se nota, y no lo disimula (nombre, iniciales, ... de su propia familia, y algunos hechos concretos que le han acaecido, están en la novela), nos da una sensación de que Auster no sólo cuenta una historia, sino que se describe a si mismo ( es Aaron pero le gustaría ser Sachs), y a veces no muy bien, pero como él mismo dice en el libro "hace falta una gran seguridad para que alguien se burle de si mismo, y una persona con esa clase de seguridad raras veces es un idiota o un zafio".
hace 14 años
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