«Nunca llegaría a ver a su asesino. Sólo notó, en el último instante, aquellos afilados colmillos desgarrando su carne.» El hombre que va a morir había alcanzado tierra la madrugada anterior. Recién llegado al paraíso europeo, corre, monte arriba, acosado por el miedo y convertido, de repente, en pr...