La vida de Fray Domingo de Aranda, por aquel entonces novicio en la orden de los dominicos, cambió repentinamente el día en que llegó al convento, en modo poco ortodoxo, el barón Toribio de Hita, convertido en Hermano Toribio.Y, con él, traspasó las espesas murallas de la fortaleza de Dios el mismís...