Agotador… aunque nunca pensé que un libro de este género podría clasificarse así. Cada mínima escena ocupa páginas y páginas, dándose vueltas sobre lo mismo. En los diálogos, cada intervención de algún personaje va seguida de párrafos y párrafos en que se sigue su línea de pensamiento, diseccionado cada aspecto de su comentario/pregunta; tanto así, que cuando llegas a la intervención del interlocutor, tienes que devolverte incluso páginas enteras para recordar lo que había dicho/preguntado el primer personaje. Sin embargo, creo que lo anterior podría haberse perdonado si no fuera porque es una novela “cliché” hasta límites insospechados, con personajes casi caricaturescos por su extremismo y un argumento bastante simplón, ya visto innumerables veces y mucho mejor tratado. Hacia el final intenta despegar, con algo de éxito, por lo que no puedo ser tan drástica a la hora de valorarlo del todo mal. Creo que los nuevos autores deben esforzarse un poco más para estar a la altura de aquellos lectores que disfrutamos los buenos libros del género romántico, en que cada vez exigimos mejores y más elaboradas historias.