Las murallas de cualquier ciudad europea en el Antiguo Régimen tenían, entre otros valores, un fuerte carácter simbólico, indispensable para entender el propio concepto como ciudad desde la aparición de los primeros núcleos urbanos. Hoy la propia denominación de «casco antiguo» remite a ese carácter sin las connotaciones de épocas remotas, pero sí como fuerte marca histórica, demográfica, psicogeográfica, económica, turística… Sevilla contiene uno de los centros históricos amurallados de mayor superficie del mundo y dibuja ese tipo de contorno urbano con los restos de sus puertas y murallas, tanto los visibles como los más recónditos, dejando un poso que explica el recorrido y morfología de la ciudad actual.

«Este es, por tanto, el objetivo de esta modesta propuesta: ofrecer a la ciudadanía el estado de la cuestión acerca de los últimos hallazgos en torno a la historia de las puertas y murallas de Sevilla, y presentar una propuesta de paseos por esta trama urbana para redescubrir su perímetro y así poder comprender una transformación progresiva hacia la ciudad de hoy, donde el pasado forma parte inseparable del presente que seguimos construyendo.»