En el verano de 1936, Berlín enfebrece con la celebración de los Juegos Olímpicos. La ciudad muestra de nuevo su rostro más abierto y cosmopolita. Los carteles con «prohibido a los judíos» han desaparecido de las paredes y, en lugar de los himnos nazis, en las calles se escuchan ritmos de swing. Aqu...