Medía poco más de un metro de altura, ya era bípeda, pero aún sabía trepar a los árboles. Había nacido en las sabanas del Plioceno africano y murió en el lago de Hadar a los veinte años de edad. Ya no era un simio, pero todavía no era humana. Tres millones de años después, en 1974, los paleoantropól...