La abuela Soledad vivía sola como la luna. Un día llegó un perro triste y sin nombre, que escribía poemas, y le invitó a quedarse, y le llamó Compañía. Otro día llegó un gato triste y sin nombre, que escribía cuentos, y le llamó Alegría. Otro día llegó un ratón triste y sin nombre, que dibujaba con...
Amanda, la coleccionista de besos, nos dejó los besos que la marcaron conservados en frascos de cristal, cuidadosamente etiquetados. En cada etiqueta se define un beso con delicada exquisitez y de cada frasco escapa una historia cuando se abre. Un libro regalo ideal aquellos que quieran abrir sus la...