Ni en el pueblo, ni en el campo, ni en la montaña quiere nadie el agua del gran nubarrón. Por eso se va a llover sobre el mar. En una islita, una flor se lo agradecerá.

El tren se ha quedado sin luz y se detiene. Nada consigue que arranque de nuevo, hasta que sale la Luna y se mete en el farol.

En un tiempo, el Sol y la Luna tenían una hija muy hermosa que quería ir con ellos a correr el mundo.

Érase una vez un rey que sólo tenía un heredero, y lo tenía tan enfermo que ningún médico podía curarlo. Un día una viejecita le dijo al príncipe: es preciso que te cures, pero esto sólo será posible si puedes conseguir las tres naranjas de la vida.

Érase una vez un matrimonio de leñadores muy pobres y pasaban hambre de verdad. Tenían siete hijos. Al menor, que no solía hablar demasiado y era muy despierto, lo llamaron Pulgarcito.

Érase una vez una hermosa y bondadosa joven llamada Cenicienta, a quien su cruel madrastra y sus dos hermanastras obligaban a ocuparse de las labores más duras del palacio, como si fuera la última de las criadas.

Un niño misterioso aparece en el Portal de l Àngel de Barcelona, justo en la esquina donde toca un viejo violinista callejero. Durante las horas siguientes se establece entre ambos un intenso diálogo y nace una extraña amistad. Hasta el momento de la verdad, el instante en el cual la música muestra...

Cuando Ly decidió seguir el río naranja hasta las afueras del valle, poco esperaba encontrar un lugar tan maravilloso como El Bosque, con sus árboles parlanchines de hojas de mil colores. Allí hizo muchos amigos, pero en esta historia, como en tantas otras, no iban a faltar las complicaciones.

Un muchacho viaja a París con su padre, quien debe permanecer quince días en la capital francesa por motivos de trabajo. El chico acude a una fiesta de disfraces vestido de árabe. Allí es confundido con una banda de delincuentes. Por su parte, el verdadero príncipe también es secuestrado por otro gr...