Por fin ha llegado mi gran día. Marcus y yo nos vamos a casar, o eso creía yo. Desgraciadamente, un desastre se interpone en mi camino hacia el «felices para siempre», y viene en forma de un dios, nada menos que narcisista. Lo que me faltaba. ¿Cuál es el problema? Este dios me quiere ver muerta. ¿Có...