Consciente de la eficacia literaria y de la popularidad de Tom Sawyer y Huckleberry Finn, Mark Twain tomó la pluma varias veces para ponerlos en campaña a correr aventuras como don Quijote y Sancho. Pero, como él mismo cuenta, eran caprichosos, y a veces se mantenían en sus trece, sin que nadie pudi...