Han pasado más de tres meses desde los sucesos de Rojo como la sangre. Casi todos consideran que Lumikki Andersson está muerta. Ella, aún con las secuelas del tiro recibido, ha huido a Praga, donde actúa como una joven mochilera más, en mitad de una increíble ola de calor (lo que resulta irónico, cu...