Muchas de sus gestas no nos son desconocidas. ¿Qué queda entonces por contar en unas memorias? Felizmente, mucho, y tan patético e hilarante como sus célebres y celebradas excentricidades de antaño. Osbourne perdió, si jamás lo tuvo, el poco sentido del ridículo que le asistía hace ya mucho tiempo y...