No saber nadar no me quita el sueño. Al contrario, me da igual. Me parece más normal no saber ni pizca que ser un auténtico experto dentro del agua. Pero mis amigos piensan que me tendría que dar vergüenza no saber nadar.
El mayor deseo del protagonista es hacer un muñeco de nieve, pero, primero, deberá nevar, y para ello han de darse unas condiciones atmosféricas muy especiales. Quizá pidiéndoselo otra vez a los Reyes Magos, y tras portarse muy bien, este año sí lo consiga. Un libro lleno de humor, pero también de c...