«¡Ahora sí que la señora tenía motivos para preocuparse! De inmediato lo olvidó todo: sol, frío, botones, pasteles, aviones, oscuridad y flores de calabaza. Con mucho cuidado colocó al pajarito en su mano.» La señora Meier vivía preocupada. ¿Saldría el sol o nevaría? ¿Tendría suficiente abrigo par...