Algunos años antes de estallar la guerra, Stéphane Chaumet se instala en Siria, en la ciudad de Latakia. Ni turista, ni periodista: abre los ojos, los oídos, las narices, las manos, se hace esponja. Y entonces comienzan los encuentros… Nisrine, sin velo, se consume con la esperanza siempre decepcion...