La novela está ambientada en Kyauktada, una pequeña colonia británica al norte de Birmania, y se centra en sus pocos habitantes europeos, principalmente en Mr. Flory, un comerciante de una empresa maderera instalado allí hace años. Flory lleva una vida solitaria, a caballo entre su trabajo en la selva, las visitas al Club Europeo y sus encuentros con el Dr. Veraswami. Su amistad con el doctor y su simpatía en general por los nativos no es bien vista por el resto de europeos, llenos de prejuicios contra los orientales. La llegada de Elizabeth, una joven inglesa que va a vivir con sus tíos, provocará en Flory la esperanza de terminar con su soledad y el tipo de vida que lleva. Aparecen también otros personajes, no sólo europeos, sino también nativos, como el intrigante y perverso U Po Kyin, juez de subdivisión, para el cual el fin justifica los medios.
El libro es muy descriptivo, tanto respecto a paisajes, costumbres, como personajes. Leyéndolo uno parece sentir el calor sofocante, la humedad, la selva, el odio hacia los nativos… Al contener tantas descripciones he tardado en leerlo, me saturaba y tenía que leer lentamente. Tras la primera mitad del libro la narración se agiliza y se aligera su lectura. La novela incluye algunas palabras en lenguaje autóctono, que en mi edición (Ediciones del Viento) no están traducidas. Aunque en algún caso es fácil deducir su significado, personalmente hubiese agradecido un pequeño glosario.
Una novela extensa e intensa en cuanto a descripciones, pero recomendable. En ella el autor aprovecha para reflejar los años que pasó en Birmania, la convivencia entre nativos y europeos, e incluso sus propias ideas sobre el colonialismo. Muy buena.