Aunque comprendo las referencias religiosas como algo lógico dada la biografía de la autora y la época, es lo que se me ha hecho más pesado de la novela. Eso sí, la prosa de Charlotte Brontë, como la de su hermana Emily, es absorbente, así como su manera de retratar psicológicamente a sus protagonistas. Charlotte Brontë ha compuesto un personaje lleno de matices, profundo y atípico dentro de la época, en la línea de su hermana y de otra grande de la literatura inglesa, Jane Austen. Acusado en su momento de inmoral, quizá en la actualidad resulte más difícil ver la audacia de su crítica a las instituciones educativas y a la hipocresía religiosa (encarnada en sus inflexibles clérigos). La historia nos muestra a una mujer que mantiene sus convicciones y que va más allá de lo que la sociedad había impuesto para ella: una mujer que rechaza la imposición de otra voluntad que no sea la suya.
hace 14 años