Así como los avezados a una literatura compleja no sufrimos los culebrones, se contentan los afectos a esa pura y nudamente evasiva con el torcimiento folletinesco de los hechos hasta rizar el rizo. Dumas se inspiró en dos sujetos ninguno de los cuales consiguió vengarse ni por lance de fortuna; a cuanto se añaden la inaceptable fuga de Edmond en el saco, la lectura clásica favorita de bandidos. . . y la reserva para el tramo final de crasas incongruencias. Escribió, asistido por una caterva de negros, metáforas torpes y adjetivos sobrantes, esparciendo diálogos vacíos que empobrecen la sicología de los personajes, para complacencia de quienes hayan formado su gusto con risibles exageraciones románticas, abundantes en "Los miserables".
hace 8 años