Cuchillo de palo de César Pérez Gellida comienza algún tiempo después del final de Sarna con gusto. Las cosas han cambiado en ese breve transcurso de tiempo: Sancho está sumido en una espiral de auto-destrucción y Erika y Ólafur siguen investigando la trama que quedó abierta en el primer libro de la trilogía Refranes, canciones y rastros de sangre. La trama está narrada a dos tiempos. Por un lado vamos viendo como Sancho va cayendo en un pozo sin fondo que le lleva a cruzar una línea que nunca hubiéramos imaginado. Y también como Erika y Ólafur ayudados por ese redimido personaje que apareció en “Sarna con gusto” comienzan una carrera contra reloj no sólo para conseguir acabar lo que empezaron sino también para salvar a alguien de una muerte más que segura. En esta ocasión no hay trama policial al uso. Pero el libro es aún más negro que el anterior e incluye un truco de “ilusionismo” de los que te hacen soltar un “¡hay que joderse!”. Y doble porque además de la sorpresa, hay que esperar unos meses para saber el final de la historia. Como no podía ser de otra manera, la música forma parte de la trama. Y como canta Radiohead en Creep más de una vez te preguntas, a la vez que Sancho: But I'm a creep, I'm a weirdo What the hell am I doing here? I don't belong here. Una novelaza de 10, con buena música y que destapa lo que hay detrás de algunas de las noticias que salen en los telediarios día sí y día también, entre otras muchas cosas. ¡No os lo perdáis!
hace 8 años