Toda la historia novelada en "El perfume" está narrada con un lenguaje precioso: Patrick Süskind es un maestro del lenguaje, y sus páginas están llenas de momentos de enorme belleza. Süskind es un arquitecto finísimo, y construye su novela con precisión de relojero: nada se le escapa, ni en el plano mayor de la historia ni en los pequeños planos de cada página, párrafo y frase, donde no falla ningún adjetivo.
Sin embargo, después de terminar la lectura, quedamos admirados del talento del autor, pero fríos. El perfume impresiona, pero no emociona: pese a tratar de un mundo tan prerracional como el olfato, pese a hablarnos del mundo físico, y de un hombre de pocas ideas y de muchas percepciones, se trata de una novela esencialmente racional, demasiado pensada, demasiado intelectualizada. Una hermosa novela que mezcla terror con grandes conocimientos de historia.
Hay lectores para cada libro, y a algunos El perfume les maravillará: quienes admiren la belleza pura, los estilistas, los estetas disfrutarán este libro. Por mi parte, y con el máximo respeto que esta estupenda obra merece, necesito sangre, alma, pasión. Aunque a veces haya imperfecciones: las imperfecciones son seña de humanidad. Una gran novela, digna de adjudicarle diez puntos.
hace 2 años
4
-5