Rusia, principios del siglo XXI. Una cruenta guerra civil ha dado paso a una paz vigilada. Desde la recóndita ciudad de Murmansk, el inspector de policía Constantín Vadim es trasladado a Moscú para resolver una serie de crímenes.
Novela negra entretenida, dinámica y de fácil lectura. Ambientada en una Rusia de posguerra este libro propicia la elucubración sobre los futuros sucesos, cosa que en mi caso agradezco, aunque que no conseguí hacerlo acertadamente.
Muy recomendable.