Dadas las circunstancias, Buddy se ha instalado con Lisa en el sótano de casa de sus viejos, en Nueva Jersey. Ella ha encontrado curro en un videoclub y él ha alquilado un local zarrapastroso en el centro de Paterson: está decidido a abrir una tienda de coleccionismo y tebeos de segunda mano con su colega del instituto Jay Spano, otro prenda, ya verás tú. Algunos sueños se van cumpliendo para Buddy, pero sobre todo se cumplen las pesadillas. La vida ahora se compone de barbacoas en el jardín, tediosas noches en familia delante de la tele y sesiones de canguro con sus sobrinos, dos pequeñas alimañas indomables. Un auténtico infierno doméstico que le carga de razones para seguir odiando a la especie humana y que a Lisa… a Lisa no parece disgustarle del todo.