Se trata de un ensayo (2022) que, si bien no es estrictamente epistolar, posee un fuerte componente personal, ya que el autor cuenta a su hijo a modo de carta una serie de reflexiones para transmitir su amor por la lengua griega y sus orígenes. La obra mezcla una gran erudición académica con notas muy poéticas que dotan al libro de una gran sensibilidad a la vez que un riguroso contenido humanístico. En este sentido, el autor, que goza de un colosal conocimiento de la lengua griega, con sus tesis enfrenta de forma valiente, rompedora y muy heterodoxa algunos de los dogmas tradicionales establecidos sobre la antigua Grecia y el origen de la civilización en torno al mar Egeo. El ensayo acompaña además algunos pequeños mapas y al final un listado de notas a pie de página, así como bibliografía e índice analítico. El ritmo de lectura es algo lento, por la densidad de los datos. Sin embargo se trata de un libro recomendable para interesados en humanidades y que hará las delicias de aquellos apasionados por la lengua y el mundo griegos.