¿Y si la infancia pudiera explicarse desde el sueño, el símbolo y el miedo? Maldevo no es solo un lugar, es un estado de alma que se explora a través de la palabra.
Mucho antes de que se pusiera de moda ese concepto ahora tan manido de la deconstrucción, Félix Morales Prado ya experimentaba con él en Maldevo. Editado por primera vez en 1992, sale ahora una segunda edición revisada e ilustrada. Maldevo es un nombre soñado y recordado que representa la infancia y la primera adolescencia, mientras finge ser un pueblo similar a Punta Umbría, en la ría de Huelva. Licenciado en Filología Hispánica, el autor también ha ejercido de periodista, asesor cultural, editor de revistas y profesor de literatura española.
En este libro, Morales Prado, a través de poemas, textos en prosa y cuentos, nos hace adentrarnos en un mundo inquietante, onírico, en ocasiones de pesadilla, sembrado de flores, madreselvas y adelfas; de bosques de eucalipto; de mares plateados, pero a veces plomizos, que entregan a la orilla criaturas extraordinarias; de los personajes diferentes y, en ocasiones, desdibujados que pueblan los sueños. Una dimensión mágica de la infancia del autor, preñada de sombrías ideas recurrentes como la casa abandonada o aislada, la ría y el mar solitarios, las tormentas y las brumas, un hombre con capa negra y sombrero…; quizá símbolos del miedo, la soledad, el amor, el sexo y la muerte, que se quieren ahora exorcizar.
Utilizando un lenguaje poético lleno de musicalidad —curiosamente más poético en la prosa que en los poemas—, el autor experimenta con juegos de palabras y conceptos para desarrollar las ideas del modo más visual posible, y expresar una amalgama de sentimientos que se quedan clavados en el alma. La obra es un catálogo de todas las figuras retóricas, con múltiples referencias a los clásicos, tanto literarios como musicales.
Está organizado en grupos de textos no muy independientes, ya que, como digo, las ideas y los sentimientos son recurrentes a lo largo de toda la obra. Sin embargo, hay algunos apartados que tienen particularidades que quisiera destacar.
En Fotografías, donde se supone que únicamente se describen ciertas fotos encontradas en un baúl, cada una de ellas es una novela en sí misma, una idea completamente desarrollada. Me ha parecido que algunas de estas historias beben del tremendismo de Camilo José Cela.
En Confesiones de un monaguillo, es necesario reconocer el amplio conocimiento del autor sobre los rituales y los textos (en latín), pero además quisiera destacar especialmente que el carácter simbólico de lo narrado llega a resultar humorístico —humor negro, se entiende.
Nostalgia costumbrista, relatos y poemas de imágenes vivas, cargados de misterio, soledad, curiosidad, anhelo y miedo, a veces carentes de esperanza; un tiempo solitario, de reflexiones, de tristeza, de búsqueda, de despedida de una niñez ya lejana; una visión daliniana de la realidad; un mundo extraño, reminiscencias de las realidades del siglo XX… eso es Maldevo. Una experiencia diferente, que hay que vivir. (Inma Muñoz, 21 de mayo de 2025)
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