Reverte utiliza como nadie la descripción del campo de batalla. Se nota que la conoce, que sabe lo que piensan los combatientes y lo que sienten. Como va trazando las diferentes etapas de la contienda y sobre todo cómo se van transformando los personajes según pasan los días y el desgaste psicológico va haciendo mella en ellos. Es una novela de personajes variados, expuestos a una situación de estrés y desgaste en la que lo más interesante es observar cómo responden a esa presión. Nos encontramos al cumplidor del deber, al que intenta huir y el destino siempre le lleva al combate, al guaperas, a la idealista, al amargado, al valiente, al buscavidas… Por último, decir que para mi gusto, Pérez Reverte ha tratado de forma muy ecuánime ambos bandos. Seguro que hay quien no opina lo mismo, pero así me lo ha parecido y creo sobre todo, que mantiene las distancias para no juzgar hechos, que en caso de haberlos vivido en primera persona, nunca sabríamos como hubiéramos respondido.
hace 4 años