Buena lectura, que me hizo recorrer la historia de La lengua de Signos, sobre todo en el mundo anglosajón. En este caso, el autor no es experto, y se nota en el escaso uso de términos científicos. Es un acercamiento a un mundo que él mismo reconoce su desconocimiento. Su lectura atrapa y muestra las desigualdades a nivel lingüístico que sufren las personas sordas. También permite conocer un poco más la psicología del colectivo sordo.
hace 1 semana